jueves, 13 de diciembre de 2012

La Sonata del Diablo.




Pocos conoceréis a Giuseppe Tartini, y menos su "Il Trillo del Diavolo", pues bien, os cuento... Tartini fue un violinista y compositor del siglo XVIII, bastante reconocido de su época y en su tierra. Si tocaba un día en la iglesia de Padua pues allí que iba todo el mundo a verle, su patada al aire eran sus increíbles solos en los que según los entendidos de su tiempo, "no fallaba ni una sola nota". Era simplemente un virtuoso.

Ahora bien, cuenta la historia, que una noche de verano, después de un concierto, Tartini se fue a dormir y tras conciliar el sueño, una serie de extraños sueños le vinieron a la mente. Hasta que como dice Descartes, donde el hombre no es capaz de distinguir el sueño de la vida real, abrió los ojos y se encontró al mismísimo diablo sentado a los pies de su cama. Así que tras el trato alma/talento de rigor con el diablo, Tartini decidió prestarle su violín para que el tocase algo.Y esta fue su impresión:

Una noche soñé que hacía un trato con el Diablo por mi alma. Todo vino a mi mandato -el insólito sirviente anticipaba cada uno de mis deseos. Me asaltó de pronto la idea de prestarle mi violín y ver lo que podía hacer con él. Pero qué enorme fue mi asombro cuando le oí tocar con habilidad consumada una sonata de tan exquisita belleza que sobrepasaba el más audaz vuelo de mi imaginación. Me sentí arrebatado, transportado, encantado; mi aliento se suspendió; y desperté.

Tomando el violín, procuré retener los sonidos que había escuchado. Pero fue en vano. La pieza que compuse entonces, la Sonata del Diablo, aunque la mejor que jamás haya escrito, ¡qué lejos está de la que oí en mi sueño!"

Espero que disfrutéis La Sonata del Diablo, aquí os la dejo.

Jesús Martín Díaz

Contexto de la contaminación en Huelva



Publicado por www.LaHuelvaCateta.es el Martes, 29 junio 2010.
Finalizando la década de los 50, la economía española comenzó un proceso aperturista al mundo. Así, a partir de 1957 el Gobierno español consiguió sus primeros éxitos de apertura al exterior con el ingreso en el Fondo Monetario Internacional y culminaría con la aprobación el 20 de julio de 1959 del Plan Nacional de Estabilización Económica de 1959-1961. Los objetivos fundamentales del Plan de Estabilización eran alcanzar una continuidad del desarrollo y facilitar la integración de la economía española en la internacional, comenzando por la CEE.
El Plan de Estabilización debía ser seguido de un Plan de Desarrollo. Por ello, el Gobierno español solicitó en 1961 un informe sobre la economía española al Banco Mundial, con la confianza de que este informe le ayudara a la preparación de un plan de desarrollo económico a largo plazo, para la expansión y modernización de la economía española y, por tanto, la elevación del nivel de vida. El Banco Mundial realizó su encargo y el “Informe sobre la economía española” fue publicado en septiembre de 1962.
En este informe resumía el estado de la economía española de entonces y a la vez se daban algunas recomendaciones a tener en cuenta por el Gobierno de Franco.
En estos momentos (mediados del siglo XX), existen numerosos teóricos economistas como Myrdal, Hirschman, Boudeville o Perroux, que se muestran a favor de la creación de Polos de Desarrollo, los cuales instalados en regiones subdesarrolladas, conseguirían a largo plazo un gran desarrollo en toda la zona donde estuviera instalado. Estas nuevas teorías no se pasarían por alto por el Gobierno Español, el cual se interesó y decidió instalar numerosos Polos de Desarrollo por toda la geografía peninsular; Burgos, Sevilla, A Coruña, Vigo, Zaragoza, Valladolid y Huelva. Así pues, se llevaron a cabo 3 Planes de desarrollo Económico y Social, nosotros hablaremos del primero ya que fue el que más influyó a Huelva.
Por la Ley del 28 de diciembre de 1964 se aprobó el I Plan de Desarrollo Económico y Social 1964-1967, con los objetivos fundamentales de elevar el nivel de vida de todos los españoles. Como directrices de la política de desarrollo se volvía a destacar el carácter indicativo que tenía para el sector privado. La provincia de Huelva, dada su riqueza minera, reunía uno de los requisitos más importantes para la localización industrial. Por tanto, se promocionaría la instalación de industrias químicas para contribuir a los objetivos de industrialización del país. Sin embargo, pese a las razones oficiales recogidas en el I Plan de Desarrollo, la elección de Huelva para instalar un polo se debió fundamentalmente a las presiones de la Compañía Española de Minas de Río Tinto ante las altas esferas de la Administración. Esta compañía, una de las sociedades industriales españolas más potentes, estaba en crisis desde 1960 debido a la reducción de sus ventas de piritas en estado bruto (se prefería el azufre o gas natural), de modo que era necesario una diversificación industrial inmediata. Con este objetivo, en 1963 la compañía inició un plan de reconversión para instalar una fábrica de ácido sulfúrico. Ante este plan de reconversión y la necesidad de una industria química de base, de interés nacional, los responsables del I Plan de Desarrollo Económico y Social pensaron en Huelva como polo de promoción industrial, y más exactamente como futuro complejo químico industrial.
Huelva era hasta los años 60 una de las provincias más pobres y atrasadas de España. La ciudad se encontraba a la cola de todos los índices de desarrollo socioeconómico, pero todo cambio en 1964 con la instalación del Polo. En pocos años se transformó irreversiblemente toda la estructura socioeconómica de la provincia, tanto que incluso podría hablarse de una “reinvención” de Huelva: en pocos años se paso de una sociedad primaria y rural a una industrial con claros síntomas de tercerización. Pero este cambio tan espectacular no se produjo sin fuertes contradicciones y desequilibrios. Por otra parte, la escasa cualificación de la mano de obra onubense hizo necesario traer los operarios y demás puestos de responsabilidad desde otras zonas de España, principalmente Galicia y Sevilla. Este bajo nivel se tradujo con frecuencia en una alta Tasa de eventualidad y un elevado grado de explotación. Las condiciones de trabajo en las fabricas eran muy deficientes e insalubres; según los trabajadores eran frecuentes los vómitos, mareos, problemas de garganta, de estomago y bronquitis crónica. Los horarios de trabajo eran extenuantes y dejaban al trabajador poco tiempo para el ocio o para mejorar su formación.
Con todo lo anterior, podemos entender que la conflictividad laboral llegara a ser constante. Ésta creció considerablemente desde la instalación del Polo de Desarrollo, cuando surgieron conflictos antes desconocidos en una provincia como Huelva. Los Sindicatos-Verticales existentes quedaron desbordados, obsoletos y totalmente desacreditados. Por otro lado, las autoridades locales no supieron o no quisieron prever el enorme crecimiento de población causado por la instalación del Polo, por lo que la vivienda precaria y el chabolismo se multiplicaron, por ejemplo se crearon numerosos asentamientos chabolistas en la actual zona de la Avenida de Andalucía o las Marismas del Odiel. Debido a la escasez de terrenos urbanizables puestos a disposición del Ayuntamiento de Huelva, se acometió el centro histórico de la capital a un completo expolio de casi todo su patrimonio arquitectónico. Así se derribaron grandes casas dieciochescas y grandes palacetes de principios de siglo, las calles perdieron su particular idiosincrasia y se le tuvo que realizar un “tajo” al Muelle de Rio Tinto. Dejamos en el olvido todo lo que pertenecía a esa Huelva ya perdida anterior a la ubicación del Polo de Desarrollo.
Fuera del casco antiguo, la construcción apresurada de viviendas hizo que éstas tuvieran que edificarse en zonas sin apenas urbanizar, carentes de las más elementales infraestructuras o servicios públicos. Aún mi propio padre me recuerda que cuando vino a vivir a Viaplana, no existía un servicio de alcantarillado subterráneo, de forma que las aguas fecales corrían por las calles. Este problema sigue existiendo realmente, aún vemos que cuando llueve demasiado se crean ríos que cruzan la ciudad hacia el sur, inundando los barrios ubicados en los límites de Huelva como Pérez Cubillas o Los Rosales y Nuevo Parque.
Para finalizar, el análisis realizado por Mª Ángeles Sanchez Dominguez, profesora de la Universidad de Granada, el Polo Químico permite deducir que no llegó a ser un instrumento eficaz de desarrollo regional, ya que, al estar incomunicado por sus propias características con sus regiones más cercanas, esto es, mal integrado con el resto de la provincia y región, no tuvieron lugar los efectos difusores del crecimiento. En la práctica actuó como un complejo de industrias químicas básicas altamente contaminantes, con la actividad concentrada en grandes empresas con escasa capacidad de generar empleo, que realizaban en el polo sólo las primeras fases de la producción, aprovechando la materia prima existente y dejando la contaminación en Huelva, mientras que las posteriores fases y el consumo final se realizaban fuera de Andalucía en las zonas más desarrolladas de España, con el agravante de que este tipo de industrias no favoreció a los sectores en crisis que hubieran aprovechado las materias primas locales y creado puestos de trabajo. En definitiva, funcionó como una industria de enclave según los intereses de la economía nacional que ha condicionado desde entonces el desarrollo económico y medio ambiental de Huelva.
Jesús Martín Díaz
Bibliografía:
Sánchez D, M.A. UNA VISIÓN CRÍTICA DEL POLO DE DESARROLLO DE HUELVA. Universidad de Granada. Granada
Feria V, P.J (2005): Huelva en su Historia. Vol 12. Universidad de Huelva. Huelva.
FOURNEAU, E (1980): Huelva hacia el desarrollo. Diputación provincial de Huelva, Huelva.(1977): El impacto del Polo de desarrollo en la Provincia de Huelva, (1964- 1974) Instituto de desarrollo regional. Universidad de Sevilla, Sevilla.